Existen diferentes formas de afrontar la materialización de un proyecto, el camino corto es definir el diseño y plasmarlo en los planos correspondientes, esperar las autorizaciones municipales, llevar los materiales al terreno y dar por comenzada la obra, con visitas semanales del profesional que lleve adelante da dirección técnica para verificar los avances.
Este supuesto "camino corto" termina siendo engañoso y muchas veces trayendo innumerables dolores de cabeza, ya que es un día a día sin planificación, sin objetivos semanales de avances, sin administración del recurso humano necesario, y muchas veces, sin control de los gastos "extras" en insumos o tareas que no fueron tenidas en cuenta a la hora de presupuestar la obra.
Todo esto no puede tener un buen fin, obras que parecen no tener un final, propietarios agotados de recibir fechas estimativas que no se cumplen y profesionales que también empiezan a inquietarse por el incumplimiento de la mano de obra. Todo lleva a que la relación profesional/propietario vaya sufriendo un desgaste innecesario y en muchas ocasiones acabe en no muy buenos términos.
EL CAMINO LARGO: LA PLANIFICACIÓN
Personalmente prefiero el otro camino, que tampoco es tan largo como parece, de echo, para el propietario es lo mismo ya que no ocupa ningún rol dentro del mismo. La diferencia la hacemos nosotros, los proyectistas, llevando adelante una planificación lo más completa posible de la obra que luego nos permita ir haciendo un control y seguimiento de cada paso, tomando las decisiones necesarias para aplicar correcciones si fuese necesario
Parece obvio, pero definir
OBJETIVOS concretos y necesarios con los propietarios es fundamental, en incontables ocasiones, acuden a nosotros con un croquis de lo que tienen en mente para construir su hogar, y ahí es donde debemos poner especial atención para ofrecer correcciones en caso de que detectemos algo no permitido por los reglamentos y también ofrecer alternativas que adecúen los espacios y le den una mejor fluidez y circulación, así como corregir sobredimensionamientos que producen sobrecostos importantes en el presupuesto. Como dice la definición: la arquitectura es el arte de organizar los espacios.
Con el proyecto definido y en marcha el proceso administrativo ponemos manos a la obra a la PLANIFICACIÓN, realizando un completo listado de todas las tareas necesarias para llevar adelante y completar el proyecto de principio a fin y a través de este, poder hacer un ANALISIS DE COSTOS para determinar el monto de la mano de obra y a su vez, un estimativo inicial del tiempo que demandará la construcción.
Desde allí también se desprende la GESTIÓN DE RECURSOS, donde vamos a definir el recurso humano necesario, armar los equipos de trabajo para cada o tarea o especialidad y vamos a tener un paneo inicial de los materiales necesarios para cada tarea a realizar. De esta forma logramos anticipar compras de materiales y su llegada a la obra para mantener un ritmo de trabajo constante optimizando los tiempos de ejecución.
LOS "YA QUE ESTAMOS"....
"Ya que estamos en obra, por que no hacemos esto también? o agregamos aquello?", es bastante más común de lo imaginado escuchar esto durante el trascurso de una obra, y es verdad que un pequeño extra no planificado no le hace mal a nadie, pero.....cuando esto se vuelve una recurrencia, es necesario hacer un stop, realizar un análisis de costos, cuantificar los recursos necesarios y hacerle ver al propietario como afectan al presupuesto todas estas acciones, para que este tome las decisiones con tranquilidad.
Todo esto constituye LA DETECCIÓN Y MANEJO DE RIESGOS, poder controlar y corregir a tiempo todas aquellos factores que puedan ocasionar importantes desvíos en lo planificado es imprescindible para llegar a buen puerto.
CONTROL, CONTROL Y MAS CONTROL
Ya está, ya esta la obra en marcha, todo analizado y estructurado....ahora a controlar.
Acá es donde todo se define y nosotros como profesionales encargados de la dirección técnica debemos procurar que todo se desarrolle según lo planeado.
Aquí podremos evaluar lo más importante que es el factor humano, coordinar los equipos de trabajo de acuerdo a la actividad que se esté desarrollando en la obra, si vemos que hay demasiada gente para lo mismo, reducir la cantidad de operarios o redistribuir tareas es lo necesario. Por el contrario si vemos que no se llegan a cumplir los objetivos de una tarea en los tiempos planificados, aumentar el personal para esa tarea especifica es el camino a seguir.
Coordinar equipos, hacer que ingresen los encargados de distintas especialidades para trabajar en simultaneo mientras otro equipo desarrolla otra tarea. Muchas actividades pueden trabajarse en forma simultanea, no es necesario estrictamente que A esté terminado para que B pueda entrar y hacer su parte, mientras no se molesten entre ellos, la simultaneidad de tareas en un gran aliado.
METODO INFALIBLE Y EXACTO?
NO. De ninguna manera. Nada es exacto en la construcción, pero realizar todos estos análisis y controles nos permite tener el control y llegar a un aproximado lo mas cercano a la realidad posible, y por sobre todas las cosas, le ofrecemos al propietario la información constante de todos los avances y lo que esta por venir. De esta manera tratamos de ayudar a que ellos, que son los que mas incertidumbre sufren, tengan mas certezas del camino que vamos transitando y que, en la gran mayoría de las veces, nos acompañen en ese camino sintiendo que estamos devolviendo de la mejor manera, la confianza depositada en nosotros.